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Alberto Maturana señala en uno de sus escritos: “ser persona en la empresa es una impertinencia”.

El psicólogo organizacional, Darío Rodríguez Mancilla, declara que sólo en la familia es posible ser persona y la empresa inhibe esa condición

Foto cortesía de Tauno Toehk    

 

Respecto del tema, en octubre del 2014 se realizó en Casa de Piedra un congreso internacional, en el ámbito de los Recursos Humanos, cuyo tema fue “Volver al Origen:La Persona” En este simposio hubo variados expositores y ponencias, desde reconocidos extranjeros, como es el caso de Chris Gardnerquien inspiró la película “En Busca de la Felicidad” protagonizada por Will Smith, hasta algunos más sencillos y más nuestros, pero no por eso menos osados y creativos, como Ricardo Nanjarí y su exposición “La poesía en el trabajo” . Todos ellos convocados bajo la misión de reflexionar y hacer reflexionar sobre la especial implicancia entre el significado de ser persona y el rol de trabajador.

Bajo una primera mirada pareciera una obviedad –aunque a través de la historia no haya sido así siempre- que un ser humano no puede a través del trabajo perder su calidad de persona. ¿Son acaso dimensiones posibles de separar? Al revisar literatura al respecto,el asunto no es tan ideal ni simple.Darío Rodríguez Mancilla, por ejemplo, en su libro Gestión Organizacional señala:“…el ser humano moderno, que ve transcurrir su vida en múltiples relaciones organizacionales cada vez más parciales y unidimensionales, pronto descubre que le va quedando cada vez menos espacio para actuar como persona completa, íntegra”. A este respecto, el autor cita aquí a Maturana. “Es en este sentido que cobra vigencia la afirmación de Humberto Maturana: ‘Ser persona en una organización es una impertinencia…’". Rodríguez Mancilla, continúa afirmando que es en la familia el único lugar en que… : “Este ser humano moderno, que transita a lo largo del día por distintos roles que, como otros tantos espejos de circo le devuelven su imagen desfigurada, necesita recomponerse, recuperar su identidad perdida, encontrar su multidimensionalidad tras tantas parcializaciones. Este encuentro se realiza en la familia. La familia es el único lugar en que en se hace pertinente el actuar en forma completa, como persona. Es el único sistema en que el individuo siente que tiene derecho a presentarse sin una máscara, a actuar tal como él es o como en ese momento siente…”.

Ante este desafío, que nos presenta a la familia como el único recodo en que nos es posible vivir honesta y absolutamente nuestra dimensión como persona, uno tiende a rebelarse: ¿Ser persona en el trabajo una impertinencia? Como un gesto de rebeldía ante dicha afirmación, nos surge la necesidad de plantear algunas reflexiones:

Primero: ¿Ser persona en el trabajo es transferir a la organización nuestras aflicciones y problemas cotidianos y domésticos: -“Llegué tarde, don Alfredo, es que mi hijo Carlitos no pasó buena noche” ?. Los avatares cotidianos de nuestra existencia, si bien no son despreciables por sencillos, no definen nuestra calidad de persona. Ser persona significa desplegar toda nuestra profunda complejidad y condición humana en todas las dimensiones de nuestra realidad y, obviamente, el trabajo no está excluido. En el trabajo yo disfruto, sufro, quiero o lucho y,en definitiva, despliego toda la compleja gama de factores que ser persona significa.

Segundo: ¿Qué significa trabajo? Trabajo, lo entendemos como la actividad del ser humano que nos permite transformar una realidad para llevarla a un estado superior del cual la encontramos, sea esta actividad productiva, de servicio, pedagógica, de salud, etc. y así en lo fundamental generar bien común . Tal significado más allá de la práctica de realizar una tarea por una remuneración. El punto está en que logremos vislumbrar este especial sentido al trabajar y no sólo lo veamos como nuestra heroica respuesta ante la necesidad de “parar la olla”.

Tercero: Cualquier actividad o experiencia humana puede significar desarrollo personal. El trabajo me permite ser mejor persona, desarrollando habilidades y cualidades que no son propias del mundo laboral como ser pareja, padre o cualquier otro rol. Esto ocurre cuando las personas en las empresas, descubren que en el trabajo los repertorios conductuales que éste exige, también están presentes en otros roles como, por ejemplo, los familiares; Así, la habilidad para comunicarse, la capacidad de administrar conflictos, el desarrollo de valores en la actuación, etc.pueden ser entenados en él.

Es por esto, finalmente, que cuando no descubrimos que nuestro trabajo nos libera talento; es decir, nos hace mejores personas y no sólo más ricos, no nos comprometemos con éste.

Por último: precisamente al estar conscientes de que podemos ser persona -en cualquier lugar- nos podemos defender del peligro de ver nuestra calidad de persona fragmentada. Así, mientras luchemos con ahínco por esta lucidez, siempre seremos persona. Ser persona es nuestra decisión. No olvidemos que al declarar: “trabajo para ganarme la vida” ponemos en un lugar la vida y en otro el trabajo y nadie puede ser feliz haciendo algo por donde no pasa su vida. No hay nada más pertinente que ser persona… en cualquier lugar. Es nuestro principal derecho y más legítima aspiración.

 

Alfonso Herrera S. es Socio y Gerente de Proyectos de WorkSense Consultores

 

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